MORELIA
La capital del estado se ubica a aprox. 63 Km. de Pátzcuaro en lo
que hace varios siglos era conocido como “Guayangareo”, que en
Purhépecha significa “loma achatada”. Se fundó ya en la época
colonial con el nombre de “Valladolid”. Después de fallidos intentos
de los patzcuarences por evitarlo, a finales de 1575 por disposición
del entonces virrey Martín Enríquez de Almanza, se trasladó a dicha
ciudad el cuerpo de Justicia y el Ayuntamiento de Michoacán, con el
consecuente cambio posterior de la sede episcopal y de las
principales instituciones educativas y religiosas, y de muchos de
sus habitantes, dejando Pátzcuaro de ser - para bien o para mal -
capital de la provincia. Más tarde, en 1828 se le cambió el nombre a
“Morelia”, en honor del General insurgente José Ma. Morelos y Pavón,
quien nació en esta ciudad. Irónicamente, Morelia también fue cuna
de uno de los dos malogrados emperadores que ha tenido México: don
Agustín de Iturbide.
Morelia por sí misma tiene un valor arquitectónico de primer orden
con espléndidos edificios coloniales de diversas épocas en excelente
estado de conservación que sería difícil enumerar en su totalidad en
este espacio, sin embargo basta con llegar al centro de la ciudad
para perderse entre sus singulares construcciones de cantera rosa,
casi todas con una historia que decir. Además cuenta con el
bullicio, los servicios y comodidades que toda ciudad moderna puede
ofrecer.
IHUATZIO
Se llega a esta población tomando la desviación hacia Guadalajara en
el entronque que une la mencionada carretera con la de Morelia.
Aproximadamente a 10 minutos, se podrá ver una señal que indica la
dirección que hay que tomar para llegar ahí. Ihuatzio significa
“madriguera de coyotes”, y se afirma que aún abundan por la región.
Ahí se encontraba lo que pudiera llamarse un “centro militar”
Purhépecha, pues este lugar era la capital militar del imperio.
Existen vestigios de un gran rectángulo de aprox. 400m de largo por
300m de ancho, utilizado para el mencionado fin, desgraciadamente,
las parcelas y pequeños sembradíos en que ha sido dividido casi lo
han hecho desaparecer. Hacia la parte poniente de este lugar hay dos
derruidas pirámides dedicadas al sol y a la luna.
En la fachada del pequeño templo dedicado a San Francisco de Asís,
patrono del lugar, se puede apreciar la escultura de un coyote,
haciendo alusión a lo mencionado en un principio.
Ihuatzio es un pueblo de artesanos dedicados a la realización de
trabajos en tule, chúspata, carrizo y panikua.
Una vez visitado el lugar, si usted desea, puede regresar por donde
llegó para seguir a Tzintzuntzan por la carretera o continuar su
camino por una brecha que pasa por otros pequeños pueblos ribereños,
como Ucasanastacua, Ichupio y Espíritu, para salir más adelante a la
misma carretera, cerca de Tzintzuntzan.
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